Aquí les
traigo el sexto capi, el cual espero que sea de su agrado.
Los
personajes de Naruto no me pertenecen, ya saben… son de Masashi Kishimoto…
Aclaraciones:
AU.
.
INEVITABLE
ATRACCIÓN
By
Tsukisaku
.
EVITANDO
LO INEVITABLE
.
¡Eso no podía
ser cierto!
¡Esa mujer de
cabellos rojizos no podía ser la esposa de Sasuke!
Sakura se había
quedado en estado de shock, realmente era como si su mente aún no procesara lo
que acababa de escuchar. La rubia abrió los ojos desmesuradamente y fijó su
vista -con cierto disimulo- sobre su amiga, realmente no sabía como
reaccionaría.
Ella dijo que
es su esposa, Karin es su esposa, ¡Sasuke es esposo de Karin!, ¡Sasuke está
casado!... ¡¿Cómo es posible que Sasuke esté casado?... sentía como la ira la invadía rápidamente.
Fijó su vista hacía el Uchiha, el cual seguía sin querer mirarla. ¡Pero que
estúpida fui! ¡¿Cómo pude imaginar que alguien como él sería soltero? ¡Peor
aún! ¡¿Cómo pude si quiera pensar, que alguien como él de verdad estaba
interesado en mí?, apretó sus puños con fuerza al tiempo en que su
respiración comenzaba a agitarse.
—Fue un gusto
conocerte —dijo rápidamente la rubia—, nosotras los dejamos solos… adiós —jaló
a sus amigas y se alejó bastante de la pareja; la pelirroja parecía confundida,
pero aún así no dijo nada más.
—¿No crees que
fuiste un poco descortés? —le preguntó Tenten a la rubia una vez que estuvieron
del otro lado de la estancia.
—No —le dijo
cortantemente—. ¿Sakura? —la llamó con un poco de preocupación.
—No puede ser
—murmuró aún sin reaccionar del todo—, necesito otro trago —la castaña observó
a sus amigas con el ceño fruncido.
—De acuerdo,
ahora mismo me dicen: ¿Qué es lo que sucede?, ¿Por qué actúan así? —preguntó
cruzando los brazos a la altura de su pecho.
—Es algo muy
complicado — contestó Ino—, te lo diremos mañana ¿si?
Mientras tanto,
el Uchiha menor observaba de soslayo a Sakura. Sabía de antemano que esa
noticia no era algo que pudiera ocultar por mucho tiempo, y tampoco le podía
recriminar a Karin por comunicarlo, ya que era su esposa. Ó al menos
delante de la ley y del mundo lo era; aunque realmente no llevaran una vida de
casados.
Y ahora ¿Qué se
supone que debía hacer?
Normalmente le
daba igual que las personas se enteraran que era casado. Pero en esta ocasión,
por algún motivo, era diferente. Sasuke Uchiha siempre había sido el típico
sujeto que gozaba de tener aventuras con mujeres hermosas; no importaba si eran
otras gerentes ó empleadas suyas. Él siempre estaba dispuesto a pasar la noche
ó un momento fugaz de pasión, con toda clase de chicas.
Pero desde que
conoció a la dueña de los ojos jade; las cosas habían dado un giro inesperado,
ya que curiosamente era la única chica con la que no había tenido nada más allá
de unos besos y caricias. Ni si quiera cuando la tuvo a su completa merced la
noche en que se conocieron, fue capaz de sobre pasar los besos. Por algún
motivo inexplicable, ella le resultaba diferente y eso lo molestaba
profundamente ¿Qué es lo que ella tenía que lo ponía así? ¿En qué momento se
convirtió en una molestia para él?
La observó una
vez más, todo en ella le encantaba; sus ojos, sus labios, su cuerpo, su
cabello, su aroma… ¡todo!
Un rato después
de fingir que escuchaba lo que la pelirroja le decía; sus músculos se tensaron
por completo al observar como Sakura bailaba con un chico de una manera
demasiado sensual. El sujeto tenía sus manos alrededor de la cintura de la
chica, en tanto ella le daba la espalda y movía su cuerpo de una manera muy
provocadora.
La ira comenzó a
invadirlo por completo ¿Con qué derecho ese chico se atrevía a tocarla de esa
manera? Cerró los puños hasta que sus nudillos comenzaron a ponerse blancos…
deseaba partirle la cara a ese tipo y alejarlo de Sakura.
¡¿Pero qué
estaba pensando? Él no podía hacer algo así… es más; ni si quiera sabía por que
le molestaba tanto verla con otro. A caso estaba… ¿celoso? ¡Jamás! Sasuke
Uchiha no podía sentir celos, y menos por algo así.
Pese a que
trataba de convencerse a sí mismo de que no eran celos, la furia que sentía era
muy real. Por lo tanto, decidió que era hora de salir de aquella casa.
Mientras que
Sakura; luego de la no muy grata noticia. Decidió que no valía la pena
amargarse la noche, ni amargársela a sus amigas por una estupidez. Así que
decidió despejar su mente y olvidarse de todo. Luego de haberse tomado unos
cuantos tragos de tequila; comenzó a bailar con un chico que le agradaba
bastante. Era alto, de cabello corto color negro, ojos de igual color y piel
blanca como la leche… su nombre era Sai y era uno de sus nuevos amigos; el
chico estaba a cargo de los accesos del cine, así que por las mañanas cuando no
había mucha gente, acostumbraban conversar bastante.
Luego de un
rato; el alcohol que acababa de consumir comenzaba a hacer estragos en su
cuerpo. La tristeza que en un principio creyó sentir ya se había desvanecido…
ahora se sentía feliz. La canción que bailaba era bastante sensual, así que
inconcientemente pegó su cuerpo al de Sai y se dejó llevar por la música. Tenía
los ojos cerrados; pero aún así podía sentir una mirada muy penetrante sobre
ella. Abrió los ojos un poco y observó de soslayo al Uchiha… ¿Por qué me
mira de esa manera? Su corazón comenzó a latir rápidamente al tiempo en que
sus mejillas eran invadidas por un ligero rubor. ¡Maldita sea! ¿Por qué
logra tener estos efectos sobre mí? Lo que estaba sintiendo en esos
momentos comenzaba a atormentarla nuevamente… y antes de poder si quiera pensar
algo más. Observó como el azabache se giraba y se encaminaba hacia la salida rápidamente;
Parecía molesto ¿Pero porqué? A caso estaría… ¿celoso?... ¡Eso es tonto! ¡Si
yo sólo era un juego para él! ¡No puede estar celoso! Lo más seguro es que este
molesto de que su mentira se le vino abajo.
—o—o—o—
El reloj marcaba
exactamente las siete de la mañana en punto; en el cine ya se encontraban los
cinco gerentes y unos cuantos de los chicos. El Uchiha se encontraba en su
oficina arreglando un par de papeles que le hacían falta para la junta… una vez
que los tuvo completos, se encaminó al lobby para que todos pasaran a la sala
donde se llevaría a cabo la junta.
Cinco minutos
habían pasado y aún faltaban varias personas por llegar… definitivamente estaba
muy molesto. Mientras Neji revisaba que todos estuvieran presentes; Sasuke
permanecía con el ceño fruncido y con la vista fija en la entrada de la sala
número doce… unos segundos después; varios chicos hicieron acto de presencia, y
entre ellos la joven Haruno. En ni un solo instante apartó la vista de ella,
estaba muy molesto por lo sucedido la noche anterior.
—¿Me pueden
explicar porqué hasta ahorita? —preguntó Neji fríamente. Los recién llegados se
miraron entre sí y murmuraron un par de cosas que nadie comprendió bien.
—Es la última
vez que llegan tarde —agregó Temari—, Porque la siguiente vez, se les
sancionara —todos permanecieron callados. Realmente la chica era bastante
intimidante.
—Sólo fueron
cinco minutos —se quejó alguien.
—Aún no
comprenden que es parte de su trabajo y que ya no son unos niños, ahora tienen
una responsabilidad —contestó nuevamente el joven Hyuga.
Todo el mundo
guardo silencio y no dijo nada más. La junta transcurrió de manera rápida,
explicaron los puntos más importantes del mes, algunos objetivos que se debían
cumplir, las cosas que debían mejorar y sobre todo, explicaron el reglamento
paso por paso.
Durante las casi
dos horas que duró toda la explicación; Sakura trató de evitar por todos los
medios el mirar a Sasuke. La verdad es que, aunque ella no quisiera mirarlo y
deseara odiarlo con todas sus fuerzas, no podía. Sus ojos parecían actuar por
su cuenta, siempre que fijaba su vista en sus manos, en el piso ó en otro lado,
sus ojos instintivamente regresaban al azabache.
Una vez que la
junta se dio por finalizada; todo el mundo salió con rapidez. Algunos debían
trabajar y otros deseaban irse a dormir para reponer fuerzas… en el momento en
el que Sakura pasó al lado del Uchiha sintió unas enormes ganas de golpearlo
por haberla engañado; pero al mismo tiempo, las ganas de tener algún tipo de
roce con él la invadieron.
Sasuke no estaba
mejor que ella; la verdad es que se sentía muy molesto con ella por haber
dejado que otro chico la tocara, pero al mismo tiempo se repetía que eso a él
no debía importarle. En cuanto la joven de ojos jade pasó a su lado… decidió
cerrar los ojos para evitar atraparla en sus brazos. Lo único que debía hacer
era olvidarse de ella, después de todo solo era una más de su amplia lista... ó
al menos eso pensaba.
Al medio día;
Sasuke se reunió con Naruto para conversar sobre algunos pendientes que Itachi
le había encomendado. Luego de que terminaran; decidieron ir a comer algo…
entre una cosa y otra, el rubio le preguntó sobre la fiesta de la noche
anterior. Una vez que le contó como habían sucedido las cosas, el rubio soltó
una carcajada que puso de mal humor al azabache.
—Quieres
callarte —gruñó con enfado y con los ojos entrecerrados.
—¡Te dije que
algo saldría mal! —exclamó tratando de reprimir su risa—. Desde el primer
momento te dije que jugar con alguien como ella no era lo adecuado… y ya vez.
—Hmph.
—¿Y ahora que
piensas hacer? —le preguntó un poco más serio. Sasuke se mantuvo en silencio—.
¿A caso no piensas darle alguna explicación?
—No tengo porque
—bufó con enfado.
—¡Definitivamente
eres un bastardo teme! —exclamó negando con la cabeza.
—Hmph… además
ella no es ninguna santa —las palabras escaparon de su boca casi sin pensarlo.
El rubio lo observó con detenimiento.
—¿A qué te
refieres? —preguntó con el ceño fruncido.
—A que ella se
enreda con otros; por lo tanto, no creo que yo haya sido el único —contestó con
fingida indiferencia.
—Dudo mucho que
Sakura-Chan sea de ese tipo de mujeres… además ¿Tú cómo lo sabes?
—Porque ayer se
puso a insinuársele a un tipo enfrente de mí —gruñó apretando sus puños con
fuerza. El joven Uzumaki volvió a reír de manera exagerada.
—¡¿Sólo por eso?
—trató de disminuir su risa—. ¡¿Y qué esperabas que hiciera luego de que se
enteró que eras casado?... la verdad es que creo que estás celoso.
—Jamás —musitó
de manera fría y cortante.
—Lo que digas…
—dijo con sarcasmo—. Pero creo que deberías hablar con ella.
—Hmph —no tenía
nada de ganas de seguir hablando del tema. Aunque una parte de él concordaba
con las palabras de su rubio amigo.
El resto del día
pasó de manera rápida y agitada. El cine estuvo bastante concurrido; así que
todos andaban de un lado para otro. Y como todos los domingos, Chouji le
entregó a Sakura la lista de lo que debía contar, al instante un escalofrío la
recorrió por completo al saber lo que eso significaba.
Normalmente el
único que siempre estaba en la oficina a la hora de capturar el conteo, era
Sasuke. No deseaba pasar tiempo a solas con él, a pesar de que sabía que no
intentaría nada, pero es que el solo hecho de tenerlo a menos de un metro de
ella, alteraba sus nervios.
Optó por
retrasarlo lo más posible; se entretuvo limpiando con detenimiento toda su
área, y a la hora de contar; contó todo como cinco veces con tal de no terminar
con rapidez. Lo que era irónico tomando en cuenta que mientras más rápido
terminara, más aprisa saldría de aquel lugar y se alejaría de su jefe.
Una vez que
terminó, optó por dejar de evitar lo inevitable. Se encaminó a la gerencia y
esperó a que le abrieran; aún no entraba y sus manos ya habían comenzado a
sudarle, los nervios se estaban apropiando de ella.
Tranquila Sakura…
sólo es el bastardo de tú jefe
Respiró
profundamente y entró decidida a la oficina; donde para su fortuna estaba
Shikamaru únicamente.
Le sonrió y le
explicó que debía capturar su conteo; el joven Nara asintió con la cabeza y
continuó con lo que hacía. Sakura capturó todo rápidamente, lo guardo y se
dispuso a salir, estaba feliz porque no había tenido que enfrentar al Uchiha.
—Oye —la llamó
el moreno antes de que saliera de la oficina—, necesito que también cuentes lo
que hay en la bodega y lo anotes en esta hoja.
—¿Es sólo lo de
mi área? —preguntó tomando la hoja entre sus manos, el moreno asintió. Soltó un
suspiro y se encaminó a la bodega… ¿Por qué no me lo dijo antes?
Entró a la
habitación y se dio cuenta de que la luz estaba encendida; el lugar era
bastante grande como para saber si había otra persona. Así que decidió
acercarse al anaquel donde estaba todo el producto de la cafetería y comenzó a
contar rápidamente; un par de minutos después un ruido llamó su atención y
decidió asomarse al pasillo de al lado para ver si había alguien.
Sus ojos se
abrieron desmesuradamente; el Uchiha se encontraba casi al final de ese
pasillo, al parecer contaba ó revisaba algo. La joven Haruno decidió dar dos
pasos hacía atrás y continuó con lo que hacía… claro que ahora ya no se podía
concentrar bien, pues el sólo hecho de saber que Sasuke estaba a unos pasos de
ella la ponían nerviosa.
El azabache
terminó de revisar el producto que acababa de llegar y se encaminó a la salida.
En cuanto se acercaba al final del pasillo, divisó una melena rosada… Mierda…
decidió no darle importancia y continuó con su camino. Pero una vez que se
encontró a menos de un metro de ella; las ganas de tocarla y besarla
aparecieron nuevamente. Trató de ignorar el impulso y se apresuró a salir de
aquel reducido lugar… pero justo cuando pasaba detrás de la chica, una de sus
manos rozó con la cadera de ella.
Al contacto
Sakura se tensó por completo, un simple roce bastó para que su piel se erizara
por completo. Está casado, está casado, está casado, se repetía
mentalmente; y antes de que su traicionero cuerpo actuara por cuenta propia,
decidió moverse al lado contrario, dándole a entender al azabache que no la
tocara.
Ante aquel
brusco movimiento por parte de la chica; Sasuke no tuvo más remedio que salir
del lugar. ¿Qué es lo que me sucede?... jamás había sentido la necesidad
de tocar a una chica, tanto como le sucedía al estar cerca de Sakura.
Diez minutos
después; Sakura terminó con el encargo de Shikamaru, así que le entregó la hoja
y se apresuró a cambiarse. Una vez que se encontró fuera de la instalación
soltó un suspiro; alejarse de aquel hombre le iba a resultar demasiado
complicado y difícil.
—o—o—o—
El lunes estuvo
demasiado tranquilo para la chica de ojos jade. Por la mañana se levantó hasta
muy tarde, luego se ocupó de terminar un trabajo que tenía pendiente para la
universidad, y cerca de las tres, comenzó a prepararse para ir a clases.
Cerca de las
nueve de la noche las clases terminaron así que se apresuró a la salida, estaba
realmente agotada y tenía muchas ganas de dormir. Ese día no llevaba su auto,
pues se había descompuesto… comenzaba a considerar la posibilidad de venderlo y
comprar uno menos viejo.
El cielo lucía
lleno de nubes grises, a pesar de que era de noche. Pronto comenzaría a llover,
así que caminó hacia la salida rápidamente con la esperanza de poder encontrar
un taxi. Se despidió de sus amigos y salieron de la Todai… pero justo antes de
que lograra avanzar, alguien la sostuvo del brazo, giró su rostro y se topó con
unos preciosos ojos negros que la miraban con intensidad.
—¿Qué haces
aquí? —preguntó al tiempo en que se soltaba del agarre.
—Hmph… vine por
ti —respondió con seriedad—, debemos hablar.
—¿Sobre qué? —le
dijo al tiempo en que comenzaba a alejarse de él—. ¿Sobre cómo me utilizaste? Ó
¿Sobre tú esposa?
—Sakura —gruñó
al tiempo en que la tomaba nuevamente del brazo y la recargaba en su auto, el
cual estaba estacionado frente a la escuela.
—¡Suéltame!,
¡¿Cuándo pensabas decírmelo? —gritó con el ceño fruncido—. Pero que tonta soy…
¡Claro que no pensabas decírmelo!
—Si lo iba a
hacer —se detuvo un momento. Realmente le resultaba muy molesto el tener que
dar explicaciones, pero aún así intentaría hacerlo—. Karin es mi esposa sólo
por… un error.
—Claro —bufó con
sarcasmo.
—Ella no me ama
y yo no la amo ¿comprendes? —Sakura entrecerró los ojos.
—¿Te crees que
soy estúpida? —su corazón latía rápidamente, pues a pesar de que estaba
sumamente furiosa con él, la cercanía con su cuerpo lograba excitarla de sobre
manera—. Será mejor que me dejes tranquila —finalizó comenzando a alejarse
nuevamente del azabache.
—Es la verdad
—dijo de manera fría, al tiempo en que la volvía a aprisionar contra su
automóvil.
—¡Nadie se casa
sólo por un error! —le dijo nuevamente viéndolo a los ojos—. Así que
mejor aléjate de mí —musitó tratando de sonar fría.
—Me vas a
escuchar, quieras ó no —le dijo fríamente, para después abrir la puerta del
copiloto y obligarla a sentarse en el asiento. Y antes de que Sakura pudiese
hacer algo para escapar de sus garras; el automóvil color negro ya se alejaba a
gran velocidad hacia un lugar enteramente desconocido para ella.
¡Nadie se
casa sólo por un error!... ó… ¿si?
—
Continuará…
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